Por Juan Belbis Investigador de ILDA @juanibelbis

Luego de una semana intensa en el DF es momento de reflexionar un poco, hacer algunos balances y aportar un poco de claridad sobre el estado de la apertura legislativa y parlamentaria en América Latina. AbreLatam y ConDatos fueron sin lugar a dudas dos espacios muy enriquecedores para estos debates, con sus diferencias y virtudes, donde confluimos actores del tercer sector, de los gobiernos y de la academia.

Particularmente en AbreLatam tuvimos dos sesiones de trabajo consecutivas donde compartimos ideas, experiencias y posturas sobre la apertura en los Poderes Legislativos. Una primera instancia donde se presentaron muchas iniciativas activas en la región (con diferentes niveles de maduración y desarrollo), y una segunda sesión que se encausó sobre estándares, tecnología y alrededor de una gran pregunta: ¿cuál es el público que consume y reutiliza estos datos?

Abriendo datos parlamentarios en América Latina

En la primer sesión en AbreLatam se presentaron diferentes experiencias de apertura de datos parlamentarios, promovidos en su mayoría por organizaciones de la sociedad civil en Paraguay, Guatemala, Uruguay, Chile, México, Argentina, Costa Rica, entre otros países de la región. En algunos países ya existen portales de datos, en otros se trata de proyectos que están en proceso de producción más focalizados en transparencia o monitoreo legislativo. También se expusieron las políticas de apertura implementadas por representantes de los órganos parlamentarios de Brasil y México. En general se llegaron a un conjunto de conclusiones:

  1. Los parlamentos publican bastante información pero en formatos poco amigables y cerrados.

  2. Los funcionarios y los legisladores tienen diferentes miedos a la liberación de los datos que impactan directamente en que esta información no se libere.
  3. Gran parte de las iniciativas del tercer sector scrappea datos, y además construyen su propia información a través de entrevistas y encuestas.
  4. En los países con una conformación bicameral de sus Congresos las situaciones suelen ser dispares entre una cámara y la otra.

Dos casos a seguir de cerca

La Alianza por el Parlamento Abierto conformada en México es integrada por 13 organizaciones de la Sociedad Civil (entre ellas Fundar, SocialTIC, Transparencia México), miembros del Instituto Federal de Acceso a la Información y Protección de Datos (IFAI) -que ejerce como órgano de control y aplicación de la Ley Federal de Transparencia y Acceso a la Información Pública Gubernamental- y miembros de las instituciones del Poder Legislativo. Este conjunto de organizaciones consensuó un conjunto de objetivos a alcanzar con el fin de lograr un Parlamento Abierto. Todavía tienen mucho camino por recorrer, pero es un caso para tener en cuenta y seguir en el tiempo los niveles de cumplimiento que vayan alcanzando.

La creación del Lab Hacker de la Cámara de Diputados de Brasil, un espacio físico dentro del Congreso creado con el fin de promover la reutilización de los datos legislativos y de transparencia liberados en su portal. Con sus propias reglas de convivencia se posiciona como un caso muy interesante que pretende achicar las brechas que se suelen presentar entre la información legislativa y su reutilización por parte de las comunidades de desarrolladores y el tercer sector.

¿Quién consume los datos parlamentarios abiertos?

Luego de hacer el repaso por la situación de los diferentes países avanzamos en debatir un poco sobre los resultados de ellas, las audiencias a las que estaban dirigidas y su incorporación por parte de la ciudadanía. En este sentido se hizo una primera apreciación sobre el hecho de que en la mayoría de los casos los usuarios de los datos abiertos son intermediarios: periodistas, organizaciones de la sociedad civil, los propios parlamentarios y sus equipos técnicos, funcionarios de otras ramas del gobierno, militantes políticos.

Surgió un debate muy interesante entonces sobre cómo pensar en soluciones que permitan que el ciudadano de a pie también pueda aprovechar esos datos. Se avanzó en la idea de desarrollar sitios monopropósito en vez de multipropósito: ya teniendo en varios países de la región portales de datos parlamentarios abiertos, es necesario avanzar en el desarrollo de aplicaciones que puedan ser más atractivas a la ciudadanía y la involucre de forma activa con su reutilización

.Una cultura de apertura legislativa que se contagia en América Latina

Desarrollar acciones digitales o físicas pensando en brindarle soluciones a demandas concretas de segmentos específicos, e incorporando conceptos del diseño centrado en el usuario. No es lo mismo disponibilizar los datos que interpretarlos, visualizarlo o analizarlos, en la cadena de valor a veces algunos proyectos se quedan en el tercer paso (la publicación), sin fomentar la reutilización.

Finalmente se dejó planteada la idea de que estos espacios de conversación y debate se sigan reproduciendo en el tiempo y la posibilidad de que se compartan los modelos tecnológicos, a través de la incorporación de estándares como puede ser Akoma Ntoso como modelo de metadatos, o los diferentes componentes de Poplus para la gestión de la información

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Algunas conclusiones

Ya de a poco normalizamos el hecho de el resto de los Poderes deban abrir sus datos al igual que los Poderes Ejecutivos, aun cuando en el marco de los Poderes Legislativos se está en un nivel mayor de maduración de este concepto que en los Judiciales, queda mucho por hacer todavía

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Los espacios de diálogo entre los diferentes stakeholders son necesarios y se muestran productivos para la concreción de políticas de apertura efectivas.

Es necesario integrar al ciudadano en los procesos de apertura, que la demanda sea parte del planteo de prioridades sobre la apertura de los datos, con el fin de ir reduciendo las asimetrías de uso en los datasets.